
¡A prueba de todo! Hierbas para la Vida
| abril 4, 2020Creería que para nadie ha sido un camino fácil y el decir que uno esta preparado para una cuarentena seria mentir. Sin embargo, entre más lo pienso más agradezco el espacio en el que nos ha tocado vivir, y he dejado de ver cada mañana como un reto para convertirlo en un experiencia.
Como saben a mis 64 años, soy una mujer inquieta, practica y muy activa, por no decir otra cosa.
Es que para mi los ingredientes de la vida son los mejores, sin lugar dudas la naturaleza suma, no resta y las hierbas tienen un sinfín de propiedades que nos ayudan mejorar nuestra cotidianidad. Tal vez lo aprendí de mis raíces, o por mi amor al campo, pero de lo que no tengo duda es que este tiempo cuarentena lo esta poniendo a prueba.
Digo que a prueba, porque con creatividad y mucho amor, las hierbas le aportan a mi día algo positivo. Me ayudan en la cocina con ese “toque secreto” y por más de que mi plato entre lunes y el miércoles fuera el mismo pollo fileteado, gracias a las aromáticas hice 3 versiones distintas; hasta al arroz le cambio el perfil. Mis desayunos todos tienen nombres distintos, entre huevo florentinos con orégano, mediterráneos con romero y el mejor sabor colombiano con un toque de cilantro .
Aunque las propiedades de las hierbas no paran ahí, tienen varios usos, entre ellos las famosas agüitas de la abuela con increíbles beneficios; que en este momento me tomo como un relojito. La manzanilla para los nervios, toronjil para conciliar el sueño y la hierbabuena para la digestión. Son solo algunas de las que aplico en mi día a día, en la versión que el clima bogotano lo amerite, lo importante ha sido acompañarlas de una charla, un libro o una buena serie. ¡Me ayudan a regularme!
Como si esto fuera poco, también las he utilizada para un sin fin de productos cosméticos, las aprovecho en compresas para las temidas ojeras, y hasta para relajar los pies.
Razón por la cual no quiero cerrar esta idea sin antes decirle lo siguiente, si ustedes están en sus casas desempolvando la alacena y buscando nuevos usos para lo que tienen guardado; no duden en escribirme, yo estaré feliz de sugerirles alguna idea según sus necesidades.
– Ana la del Jardín